sábado, 29 de agosto de 2015

Familia

Puedo parecer solitaria, pero es que es realmente lo que soy. Con golpes y caídas he aprendido que se confía en los que forman tu familia, porque créeme que como los hermanos o primos no hay nadie, y hablo de los de verdad, de los de sangre, de los que sabes que aunque te caigas y estén en la otra punta del mundo van a curar tus heridas como nadie más podría hacerlo. La experiencia me hizo así, ¿así? Si, siempre agradeceré tener la maravillosa familia que tengo, la que me ha apoyado en todo, porque todos los recuerdos que tengo felices son al lado de ellos. Ellos fueron los primeros en verme y en quererme, y para mi... Bueno, para mi son lo más importante de mi vida.

Pero más que mis padres o demás familiares, lo más importante es mi hermano. Os juro, y dejo testimonio, que mi hermano es la fuerza que me hace falta para seguir andando descalza en un camino lleno de cristales. Y no me gusta llorar delante de él porque sé que aunque nos peleemos siempre se preocupa por mi. A veces me da la sensación de que le debo mucho a mi hermano, ya que para él yo soy todo, y me lo demuestra, a su manera. Pero yo, yo no sé hacer eso, soy inexpresiva, no sé cómo demostrar que quiero alguien.
Y tal vez deba aprender a demostrar todo lo que llevo dentro. Diréis ¿inexpresiva? ¿Tu lees lo que escribes? Si, pero las palabras no lo son todo. Porque las muestras de afecto, con abrazos en el momento adecuado y tal, son mejor que cualquiera de los mogollones de palabras, que en verdad son sentimientos enmascarados.

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