miércoles, 17 de junio de 2015

Ayer tuve insomnio...

Ayer tuve insomnio, y mientras intentaba dormir pensé en las ganas que tengo de llegar a mi meta. Y de que no me importa que haya cierta gente que no sepa valorar lo que escribo, porque esa gente no tiene ni idea de lo que son los sueños.
También pensé en que soy demasiado joven para encontrar el amor de mi vida, y que no lo necesito, tengo a mis libros que lo sustituyen. Me he convencido, de que he sufrido tanto por mi culpa, por perseguir algo que no era cierto, por querer enamorarme y enamorar a esa persona, solo por no sentirme sola.
Es difícil de explicar, es esa sensación de tenerlo todo y luego nada, de añorar los mimos y las buenas palabras, los agradecimientos por existir y cruzarme en tu camino. Son esas pequeñas cosas a las que nos acostumbramos, pero que nos siguen sorprendiendo.
Y dime ¿a caso merezco tanto dolor? Te diré que si, porque ahora, soy así por ello, porque el dolor, cambia a las personas. Y la empatía se consigue con sufrimiento.
Pero enserio, dime que hacen esa gente que no se expresa, ¿cómo descarga sus sentimientos? Me da igual si es en lienzo, con papel o con melodía, pero ponte manos a la obra, y define lo que sientes.

Nuestro corazón.

Nuestro corazón es como una cebolla, está lleno de capas que protegen nuestra esencia.
Sin embargo cuando empezamos a destapar y nos damos a conocer, acabamos destrozados y con más capas cubriendo nuestros sentimientos.
Y algún día, en uno de esos tantos intentos por saber quién eres y darte a conocer, alguien verá esa esencia en ti, y créeme que tu corazón empezará a arder y esa llamarada, no se apagará.

En ese conciso momento, habrás descubierto el significado de lo que es amar, y que te amen. 
Pero aunque esa llama no vaya a apagarse de la noche a la mañana, va ir perdiendo intensidad, como las relaciones.

Y entonces dejarás de llorar porque no te quieren, habrás descubierto que para empezar a querer a alguien, primero tienes que quererte a ti. 

lunes, 15 de junio de 2015

Cicatrices e inspiración.

-Pingüinito: ¿Cómo puedes escribir así de bien?
-Lu: Es fácil y sencillo.
Cojo un pedazo de mi roto corazón y hago un pequeño corte en mi dedo índice y con los sentimientos ocultos que había en ese trozo escribo otro texto.
-Pingüinito: ¿Tu crees que ese corazón tiene arreglo?
-Lu: Las tiritas ya no cubren las heridas, las heridas no cicatrizan y las cicatrices antiguas se abren porque el dolor escuece demasiado para mantenerlas en forma de recuerdo.
-Pingüinito: Pues yo creo que esas heridas tienen una cura, cicatrizan si dejas de pensar en ellas. Es difícil pero no imposible. ¿Por qué no intentas que se vayan? 
-Lu: Porque en mi brazo izquierdo están marcadas las interminables noches de llantos y desvelos que sin exagerar eran dos horas mi sueño diario, y veintidós mi pesadilla en la realidad. En mi brazo izquierdo quedan marcados aquellos amores fugaces que duraron demasiado tiempo en mi corazón y no sé sintió lo mismo por mi. Allí quedó grabado un pasado que a día de hoy me hace superarme, y no me avergüenzo de mis males ya pasados. Porque gracias a ellos, ahora soy una guerrera con la cabeza bien alta y que no se tapa sus heridas de guerra. Y si alguien osa preguntar a qué se deben mis heridas, con inmensa alegría le explicaré de dónde viene el sol que iluminó mi oscuridad en aquel tiempo de soledad.

viernes, 12 de junio de 2015

Nudillos magullados...


Hago lo imposible por aguantar mis sentimientos, por no ser sensible, por no acabar con todo. Pero todo es más fuerte que mis intentos y escapo de tu mirada con simples excusas. Necesito volver a estar contigo, pero me recuerdo lo que odio ocultar mis sentimientos. Cojo mis deportivas y me pongo a andar sin rumbo, pero de pronto mis recuerdos estallan y se convierten en lágrimas que pueden conmigo. No puedo mantenerme en pie, las decepciones pesan demasiado para este corazón tan partido. Intento levantarme, poco a poco, y sin éxito, estoy por rendirme. 
Entonces recuerdo que si no puedes con tus sentimientos, libera tu rabia. Mis nudillos magullados son un claro ejemplo de que las decepciones pesan un poco menos y que aunque mi corazón este partido, puede seguir luchando por un amor que espero que sea correspondido. Pues ya me he hartado de donar mi corazón sin recibir nada a cambio. 
El dolor de mis nudillos es la menor preocupación, pues duele más el corazón que esta partido y sin arreglo. 
Estas heridas no se curan con tiritas, se curan con cariño y amor.

Solo estoy...


Hoy tendré que volver a verte, saludarte y sonreírte como si nada hubiese pasado. Tendré que volver a reírme con tus tonterías, hacer como si no me importara el hecho de que hagas aquello que me hacía quererte un poco más, tendré que ignorar que me molesta ciertas cosas que haces. 
Tendré que volver a fingir que estoy de una pieza, que no estoy rota, solo estoy destrozada sentimentalmente. 

domingo, 7 de junio de 2015

Noche del diez de mayo...



Cariño, desde que te fuiste en esa noche del diez de mayo sigo sumida en esa oscuridad donde pasan los días y no amanece. Cariño, no sé cuánto me he mentido haciendo como si no me importará el hecho de que ya no es un nosotros, es un tu y yo, pero por separado. 
No sé a quién intento engañar, todo lo que necesito es despertar de esta pesada realidad. 

¿Por qué?¿Qué nos ha pasado? Sigo soñando contigo, que nada nos ha destruido. Seguimos odiando la distancia que nos impiden los abrazos, los besos. ¿Dónde está todo?¿Te he dicho ya todo lo que te necesito? Enserio, dime qué hacer sin ti.
No lo niego, me creí más fuerte de lo que fui, quiero decir, de lo que soy. Pues sigo existiendo pero sin ti, y eso es como si nadie supiera que sigo aquí.

Cariño, me dedicaste el sol, pero no es suficiente para iluminarme. ¿Por qué?¿Por qué no vienes y nos comemos a besos? Y así mientras me sonríes pienso los próximos versos. 

No soy capaz de concentrarme, todo me recuerda a ti. Desde mis libros hasta mi movil, pasando por las tardes de risas sin condiciones.

Ya he dejado de llorar, tal vez porque ya no me quedan lágrimas, pero en mi interior sigue desatándose una gran tormenta por quererte y no tenerte. No digo que seas un objeto, digo que quiero verte y que todo sea lo de antes. Que los saludos sean sosos, y las despedidas dulces a pesar de ser amargas, no por nada, porque nos quedarán seis días y siete noches para que nuestros labios vuelvan a encontrarse. Seis días y siete noches para echarte de menos. Pero esos días y noches se han convertido en meses, y solo hago que echarte de menos sin que nuestros labios se encuentren.

Volveré a verte



Sé que hoy volveré a verte y aunque quiera, no podré pronunciar otra palabra que no sea 'hola'. Pero un 'hola' seco, y cargado de significado, porque no será un simple hola, será la manera de recordar todo de nuevo. O tal vez, no sea ese hola el que se encargue de que los recuerdos vuelvan, tal vez, somos nosotros los que nos dedicamos a recordar ese período. Tal vez, simplemente solo sea yo quien eche de menos tus caricias, tus abrazos y tus besos, y que no sé si tu habrás adoptado mis pequeñas costumbres, pero antes de que el tu y yo se separará yo no las tenía, solo formaban parte de ti y ahora, son recuerdos que hacen que te añore más todavía.