lunes, 16 de febrero de 2015

Cálidas caricias.

Nos dejamos llevar por la cálida brisa de las noches de final de verano, en las que nos abrazábamos y nos daba igual el mundo. 

Nosotros éramos el único mundo que nos importaba y que existía, nuestra lava era el latir de nuestro corazón bombeando la sangre hacía la punta de los dedos donde rozaba tu piel y con cada caricia estremecía. Se me eriza el vello todavía al recordar tus susurros en mi nuca.
Tus sonrisas predominan en mis recuerdos, era y es el sonido más bonito emitido de tus labios, junto con los 'te quiero' y 'te amo'. 

El mundo nos gritaba que estábamos locos por amarnos como si no hubiera mañana, demostrando nuestro amor el uno por el otro, y nosotros le gritábamos al mundo que las locuras son lo que nos enamoran. 

Disfrutamos de cada segundo, de cada risa, de cada hora, de cada beso.
En una noche en la que nuestros movimientos eran controlados por el alcohol. El culpable de que nuestros labios encajaran, y que desde entonces no encuentre otra pieza que encaje mejor en ellos.
Porque el 'te quiero' que susurraste al despegar tus labios de los míos, quedó grabado en mi mente, tu voz en mis oídos, tus pupilas en mis ojos, tus labios en los míos. 

Y después de todo lo vivido, de toda la saliva compartida, nos dejamos por el tiempo, la distancia... No lo sé, dejé de encajar tus dedos con los míos, aunque a mí a día de hoy me sigue pareciendo el mejor enlace que mis manos han conocido. 

¿Qué cambió? Ven, dímelo. No me creo que esté llorando una vez más por ti, por mi, por tus mentiras, por mi inocencia, por nosotros, por el tiempo que ha pasado, porque ya no soy la misma, porque no eres el mismo, porque no somos esos del pasado que les costaba despedirse. 

Añoro tú sonrisa clavándose en mis oídos y lo que pareció un canto celestial, es ahora lo que me tortura cada noche. Pero sigo añorando cada uno de tus besos, sigo soñando que aún en lo más profundo de tu corazón añoras mi risa mientras me hacías cosquillas antes de darme un beso.

Y en mi cabeza retumba una inseguridad, una duda que espero poder resolver con el paso del tiempo, con el paso de tus recuerdos, cuando ya no duelan buscaré alguien que me quiera más de lo que tu lo hiciste. 

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